martes, 5 de junio de 2018

Entrevista a Víctor Navajo: «Los recuerdos mienten porque se distorsionan con el tiempo»


Víctor Navajo tiene un currículo muy extenso. Desde agricultor, pasando por recortador de repuestos de goma, hasta cabo escribiente del Ejército del Aire. También es inventor. Sin embargo, Víctor Navajo asegura que para él escribir es casi una necesidad fisiológica, y es por eso que ha publicado su primera novela, La hija del fotógrafo, una novela cargada de sensibilidad y de amor.

-       En su libro, Sebastián dice que «a un novelista al que le ha abandonado la inspiración siempre le queda el recurso de explorar su propia vida». ¿Cree que las historias más enriquecedoras parten de la propia experiencia?

Sin duda son las propias experiencias las que te forman y te enriquecen. Con la imaginación puedes luego adornarlas, darles un aspecto más atractivo e incluirlas en un relato. No sé si son las más enriquecedoras, pero si son las más sólidas.


-       En la novela dice que los recuerdos mienten. ¿En qué sentido?

Mienten porque se distorsionan con el tiempo. Una de las características del envejecimiento es precisamente que la memoria, con el paso de los años, es cada vez menos fiable.  En mi novela, Jesús, el amigo astrofísico de Sebastián, define el cerebro como «una chapuza cuántica
(C) Megustaleer
».


-       Su currículo es realmente espectacular. Desde agricultor, recortador de repuestos de goma, cabo escribiente del Ejército del Aire... hasta inventor y propietario de una librería. ¿Cómo llega hasta la escritura? 

Empecé a escribir a los 14 años como una necesidad fisiológica. Yo era muy tímido y apenas hablaba. Necesitaba desahogarme y encontré en las palabras escritas mi válvula de alivio.


-       ¿Qué cualidades cree que debe tener todo escritor?

Agradezco la pregunta pues da por sentado que soy escritor. Creo que, en mi caso, las cualidades que me han llevado a terminar esta novela han sido la imaginación y la tenacidad. Como ejemplo de esto último puedo decir que, una vez finalizada, invertí más de un año sólo para perfeccionar el lenguaje. Salvando las distancias, a Miguel Ángel, el genio del Renacimiento, le preguntaron cómo se enfrentaba a aquellos inmensos bloques de mármol para convertirlos en maravillosas esculturas. “Bueno –contestó-  me pongo delante de ellos y les quito lo que sobra”. Mi caso es completamente distinto, parto de un pequeño núcleo central y voy agregando.


-       Al igual que Sebastián ¿usted escribía un diario de pequeño?

Sí, pero más intermitente que el Guadiana y lo acabé abandonando.



«A través de un diario puedes contemplar cómo evoluciona tu vida hasta llegar a dónde has llegado».



-       ¿Cree que tener un diario puede ayudar a aprovechar la creatividad y a ser consciente de las acciones que cada uno lleva a cabo?

Lo creo y lamento haberlo abandonado. He recomendado a mis tres hijas que lo escriban. A través de un diario puedes contemplar cómo evoluciona tu vida hasta llegar a dónde has llegado. He leído varios como el de Ana Frank y el de Amiel y fueron hermosas experiencias.
Respecto a la creatividad, qué duda cabe que la interpretación de un hecho vivido por ti mismo la estimula y puede ayudarte a comprender la razón por la que  lo has llevado a cabo, pues a veces, y me gustaría saber si alguien no está de acuerdo, hacemos las cosas sin saber muy bien porqué.

(C) Megustaleer



-       Lleva escribiendo desde la adolescencia, sin embargo destruía todo lo que escribía.  ha publicado su primer libro ahora, con 76 años. ¿Que tiene La hija del fotógrafo para que no corriera la misma suerte de ser destruido?

Esta es una pregunta muy interesante y tendré que alargarme con la respuesta. Con 14 años era un lector voraz y un escritor ocasional, de forma que mis progresos como escritor iban muy detrás de mis exigencias como lector. Cuando después de un tiempo prudente de reposo releía lo escrito, me parecía tan malo que lo destruía folio a folio hasta convertirlo en confeti. Con ésta novela, por primera vez tuve mis dudas sobre si destruirla o no, mis progresos y mis exigencias se habían igualado. Fueron   mi familia y mi mejor amiga, la actriz Fiorella Faltoyano, los que me convencieron para que siguiera trabajando en ella. Tras siete años de correcciones y diecisiete versiones distintas, consideré que tanto los personajes, como la historia merecían ser publicados.



«La autocomplacencia conduce a la rutina y acaba destruyendo al escritor».


-       ¿Cree que un escritor debe ser tan crítico consigo mismo?

Lo creo. La autocomplacencia conduce a la rutina y acaba destruyendo al escritor.


-       ¿Está trabajando en una nueva novela?

Sí, ya voy por el tercer capítulo. Es un thriller puro y duro, con el que pretendo asestar un puñetazo en las entendederas del lector al final de cada episodio, aniquilando todo cuanto se había imaginado hasta entonces.


-       ¿Qué historias son las que lo cautivan?

Va por rachas. Me gusta el realismo, la novela histórica, la de intriga…


-       ¿Si pudiera escoger un escritor para pasar una tarde de charla con él o ella, a quién escogería? ¿Por qué?

Miguel Delibes. Era un pozo de sabiduría que conocía el alma de Castilla y su lenguaje como nadie.