domingo, 11 de marzo de 2018

Entrevista a Mercedes de Vega: "La palabra fracaso para mí no tiene sentido porque no busco el éxito"



Mercedes de Vega siempre se ha considerado una gran lectora. Se inició en la lectura a través de los ojos de Camús, Rilke o Nietzsche. Comenzó a escribir hace más de 10 años y en 2015 publicó con gran éxito Cuando estábamos vivos. Ahora publica Todas las familias felices, la última parte de su bilogía familiar.

-          Usted comenzó a escribir hace poco tiempo. ¿Nunca es tarde para la literatura?

Empecé a escribir en el año 2007 y fue de forma accidental: buscaba un taller de escritura creativa para mi marido que deseaba escribir una novela, y me encontré con algo que quizá de forma inconsciente yo buscaba para mí. El tiempo pasa veloz y parece que fue ayer, aunque ya han pasado once años. Pero sí, puedo decir que ha sido una vocación madura, y como lo suelen ser esas vocaciones: una revelación.   

-          ¿Cuál es el mayor obstáculo al que se enfrentó cuando escribió su primera novela?

Publicarla.

(C) Mercedes de Vega


-          ¿Qué nos puede contar de su última novela?

Hace dos meses he terminado mi tercera novela. El trabajo has sido duro, pero reconfortante, sobre todo porque he tenido la suerte de poder concluir Todas las familias felices, última parte y final de mi bilogía familiar Cuadro estábamos vivos.  Sale el día 15 de marzo, y estoy feliz y emocionada. Es una suerte que un trabajo que me ha costado tantos años se vea publicado íntegramente. 

-          ¿Qué cree usted que debe ser, por encima de todo, el escritor?

Sincero, consigo mismo y con sus lectores.

-          ¿Qué es lo mejor y lo peor que le ha pasado desde que comenzó en el mundo literario?

Es difícil polarizar mis experiencias como autora. Realmente no siento que me haya ocurrido nada especialmente insatisfactorio, aunque tenga decenas relatos y una novela concluida en un cajón, porque para mí, escribir es en sí mismo un objetivo. Respecto a las cosas placenteras, éstas sí ha sido muchas y buenas, por ejemplo: tener una agente literaria como Antonia Kerrigan, o una editorial como Plaza & Janés que me publica con verdadera fe.



"El escritor canibaliza la realidad para convertirla en ficción y se ficciona así mismo para ser parte del relato".


-          ¿Cuál es su escritor fetiche? ¿Por qué?

Tengo muchos. Depende del momento y de mis sensaciones. Podría hablar de autores que nunca me defraudan y que siempre encuentro en ellos distintas versiones de la vida.   Ahora, por ejemplo, estoy entusiasmada con Pietro Citati; es mi autor del momento. Acabo de terminar La muerte de la mariposa, una biografía sobre Zelda y Scott Fitzgerald, que es verdaderamente una delicia.

-          Abandonó el mundo de la empresa para dedicarse de lleno a la literatura. ¿Tuvo miedo de fracasar?

No. La palabra fracaso para mí no tiene sentido porque no busco el éxito, busco la obra, el trabajo perfecto, lo sublime en el relato, y sé que es un objetivo imposible al que no se llega jamás, porque el verdadero escritor nunca está satisfecho con lo que escribe. Siempre está buscando. Yo me siento una buscadora. Y, mientras uno busca lo mejor que hay en él, no puede sentirse fracasado. Es un camino que no tiene atajos.

-          Los personajes que crea el escritor, ¿son siempre parte de él o de su entorno?

De él y de su entorno. El escritor canibaliza la realidad para convertirla en ficción y se ficciona así mismo para ser parte del relato, con los miles de camuflajes que la técnica narrativa te ofrece.

(C) Mercedes de Vega


-          ¿Quién o qué le inspira para escribir?

Siempre me ha inspirado la buena lectura, que es la que me abre el hambre literaria. Y, por supuesto, un impuso interior que desconozco dónde se origina. Creo que en mi caso es un proceso complejo de necesidades.

-          ¿Cuál es su libro y autor favorito?

Esa pregunta no tiene respuesta, en mi caso. Le debo tanto a Poe como a Camus. Pero si solo pudiera llevarme un libro a una isla perdida, me llevaría La Ilíada. Claro que, ya puestos, me gustaría que esa isla fuese Ítaca.





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