El 25 de
mayo sale a la venta Manhattan, su
último disco libro que ha sido grabado con el famoso productor Ludovico
Vagnone, director musical de Alejandro Sanz.
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¿Qué fue
antes, la música o la poesía?
Bueno, siempre han ido de la mano
porque desde pequeño he centrado mucho mi atención en las letras y me han
llamado las que tienen una carga poética, pero si tuviera que decir qué vino
antes, diría que la música, tanto a nivel receptor como emisor.
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¿En qué
momento se dio cuenta que música y poesía eran un dúo perfecto?
Pues desde que la poesía entró en mi
vida han ido confluyendo de una manera muy natural, y tiene todo el sentido que
caminen de forma paralela aunque no tenga nada que ver cómo me enfrentó a la
creación poética y a la creación musical.
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(C) MueveTuLengua |
- La melancolía siempre se asocia a la creación de poesía. ¿Realmente inspira más para escribir que la alegría? ¿Por qué?
Bueno, quizás cuando se pasa por
momentos más complicados en la vida se es más reflexivo. Miras hacia dentro, encuentras
más cosas y por lo tanto sacas más conclusiones. También puede ser que cuando
estás triste o sientes que te ahogas necesitas sacarlo, necesitas compartirlo
para que toda esa energía negativa no se quede dentro.
«He tenido que renunciar a tener tiempo, salud y tranquilidad. Mi vida es un constante torbellino, tanto físico como mental»
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¿Ha tenido
que renunciar a algo para llegar donde está?
A muchas cosas: sobre todo tiempo,
salud y tranquilidad. Mi vida es un constante torbellino, tanto físico como
mental. Ahora procuro tener más tiempo para mí y para cuidarme porque llega un
momento en que te das cuenta de que para poder continuar con este nivel de
estrés o te cuidas o estallas, que es lo que me pasó a mí hace un año y medio.
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Esta nueva
forma de hacer poesía que tiene usted junto con otros autores como Marwan,
Elvira Sastre y otros tantos, ¿es un nuevo movimiento o una revolución en la
forma de entender la poesía?
Bueno,
quizás lo que hemos hecho autores y autoras como los que citas, y muchísimos
más, es bajar la poesía de los altares, acercarla a la calle con un lenguaje
más natural y más fluido, fijándonos en la sencillez que predomina en la vida
cotidiana y que es la que muchas veces esconde la mayor belleza. Tampoco diría
que es una revolución… es simplemente otra manera de entender la poesía que, por supuesto, no excluye ni es contradictoria con la
poesía más clásica.
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Antes de
dedicarse a escribir y a la música usted era docente. ¿Qué aspectos cree que
deberían cambiar en la educación actual?
Hace unos años los profesores eran
en gran medida una fuente de conocimiento. Tras la revolución digital la
información está a mano de todos y todas, y por lo tanto creo que los docentes,
a día de hoy, deben ser más una fuente de inspiración, de reflexión y de
pensamiento y deben enseñar a desarrollar capacidades como la sensibilidad. Hay
una frase de Gabriel Celaya al respecto que me parece muy inspiradora:
«Para educar
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata
y un poco de poeta».
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Hasta hace
poco tiempo muy pocos leían poesía y, sin embargo desde que han aparecido
artistas como usted, los más jóvenes se han lanzado a leer poesía. ¿Se
enorgullece de haber conseguido que los jóvenes se acerquen a la literatura?
Bueno, yo solamente soy una
representación muy pequeña de todo este movimiento pero claro que me
enorgullezco, cómo no iba a hacerlo, todo lo que sea acercar la lectura, la
cultura, la belleza y el desarrollo de la empatía y la sensibilidad es motivo
de orgullo y es caminar hacia una sociedad más humana.
«Para componer me inspiro en mi día a día. La belleza y las grandes historias residen en las cosas cotidianas».
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¿En qué o
quién se inspira cuando compone?
En mi día a día, como te comentaba
antes la belleza y las grandes historias residen en las cosas cotidianas, en
los rincones más inesperados y, en muchas ocasiones, dentro de uno mismo.
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(C) MueveTuLengua |
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¿Qué vamos a
encontrar en Manhattan, su próximo disco-libro?
Pues a un
Diego mucho menos victimista que en varios aspectos se reconcilia con el
pasado, que intenta perdonar y perdonarse y ser mucho más optimista. A nivel
más objetivo son 12 canciones producidas por Ludovico Vagnone y un libro
editado por MueveTuLengua con material muy distinto al que solía tener en mis
libros anteriores. Me traslado a la prosa poética y cuento lo que hay detrás de
cada canción, detrás de cada historia. 12 ilustraciones de Comba Studio,
algunas fotos de Carlos Villarejo y las partituras de todas las canciones.
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¿Cree que su
música y poesía ha madurado desde que empezó?
Es un poco
lo que comentaba en la pregunta anterior: he aprendido que el victimismo no
lleva a ningún sitio, que solo hace daño y que no te permite avanzar ni crecer.
Estoy mucho más tranquilo y soy feliz, no sé si más o menos que hace un tiempo,
pero desde luego de una manera distinta, intento situarme en el presente y
disfrutar de todo lo que me está pasando y eso creo que se refleja en mi
trabajo.
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Dice en
Incendio que Solo tengo un punto débil y es mi hija y es por ella que mi lucha
sigue en pie. ¿Hasta dónde es capaz uno de llegar por un hijo?
Pues hasta donde no
llegaría por nadie, ni siquiera por mí mismo. Es mi punto débil pero a la vez
es una fuente de fuerza que supera lo humano.
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