Hubo un tiempo, no muy lejano, en que la poesía estaba relegada a un
segundo plano, pero eso cambio con las nuevas tecnologías y las redes sociales.
Fue entonces cuando nacieron poetas y cantautores como Marwan, que decidieron
que la poesía debía estar al alcance de todos.
El poeta acaba de publicar Los amores
imparables, que habla de ese amor que no se puede domesticar, ese amor
tormentoso que, todos, alguna vez en la vida hemos llegado a sentir.
- ¿Cree que con las nuevas tecnologías la poesía ha
dejado de estar relegada a un segundo plano?
Evidentemente sí. Las redes sociales
han ayudado mucho a que muchísima gente conozca poetas nuevos y algunos que
llevaban mucho tiempo pero no tenían tanto acceso a la gente. Todo este
movimiento y toda esta moda que hay en torno a la poesía es gracias a las
redes.
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Tengo entendido que de niño era
bastante travieso. ¿Cómo recuerda su infancia en el barrio de Aluche?
Bueno sí, la verdad es que una infancia sin travesuras
para un chaval de barrio es difícil y, a parte, yo era un chaval muy agitado y
sí era gamberrete. Mi hermano y yo
hacíamos el gamberro, pero, a la vez, era muy sensible. Era muy extraño porque tenía una parte súper
gamberra y otra parte súper sensible y me pasaba el día llorando, me afectaba
todo, pero bueno, recuerdo la infancia como algo muy bonito, la verdad. Esa sensibilidad
como que la emborrono un poco porque a veces sufría de niño y lo pasaba mal por
tanta sensibilidad, pero lo cierto es que también recuerdo todos los juegos con
mi hermano, pasarnos todos los veranos en la piscina, todo el día haciendo
deporte con mi hermano…era muy divertido.
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¿Cree que ha heredado los valores de
sus padres?
Sí, mis padres son dos personas muy buenas, muy cariñosas,
muy solidarias y muy respetuosas también, y esos valores yo creo que los he
heredado, estoy totalmente seguro.
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En La más bella historia habla de cómo se conocieron sus padres. ¿A
ese tipo de amor se refiere con Los
amores imparables?
Los amores imparables son de dos
tipos: en un principio son esos amores en que dos personas tienen una unión
bestial y van los dos en una misma dirección, a la misma velocidad, codo a codo
y todo funciona y es sencillo, y eso, evidentemente, es imparable porque todo funciona
al unísono y perfectamente. Luego hay otros tipos de amores, y me refiero más a
ellos, aunque me refiero a los dos, que son esos amores que…que nos los para ni
Dios, en el mal sentido. Son los amores tormentosos, con sus idas y venidas,
con sus rupturas, sus encuentros, sus desencuentros constantes, y esos sí que
son difíciles de parar, aunque hay interés en pararlos en ocasiones.
Quizá me refiero un poco más a estos segundos, aunque
ambos son amores imparables y a ambos he dedicado poemas en el libro.
«Soy una persona brutalmente empática, pero esto, al igual que es una virtud también es un defecto porque a veces sufro demasiado por la gente que me rodea»
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«Cuando dos almas
vibran con la misma frecuencia» dice en
La primera vez. ¿Cree que encontrar esa sintonía es el reto más difícil para
el ser humano?
No, creo que es mucho más difícil
para el ser humano encontrar sintonía con uno mismo, conocerse profundamente
uno mismo. Conectar con otra persona no es fácil, enamorarse y vibrar en la
misma frecuencia a nivel de amor no es fácil pero creo que no es lo más
difícil. Es más difícil el autoconocimiento, el autoperdón y aceptarse uno
mismo.
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Dice que «Poseo una
peculiaridad algo extraña, quizá por mi exceso de empatía, y es que absorbo las
emociones de quien tengo enfrente» ¿Diría que la empatía es su don más preciado?
Pues uno de ellos sí lo es. La verdad
es que soy una persona brutalmente empática, pero esto, al igual que es una
virtud también es un defecto porque a veces sufro demasiado por la gente que me
rodea, pero bueno…es un don y un defecto a la vez.
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Pasó de tocar
música heavy en el instituto a hacer
poemas y optar por un estilo más sosegado. ¿Cómo pasó de un extremo a otro?
Todo hay que decirlo, yo escuchaba
música heavy pero también escuchaba
mucho a Silvio Rodríguez y a Serrat y la canción de autor era un estilo que me
flipaba. Fue a los 18 años cuando conocí a Ismael Serrano, que acababa de sacar
su primer disco, Atrapados en azul, que me sentí brutalmente
identificado con lo que hacía. Estaba tan emocionado, me traspasaba tanto su
música y lo que contaba que sentí la necesidad de empezar a escribir canciones
y por extensión, también poemas.
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¿Qué le da la
poesía que no le dan las canciones y viceversa?
La poesía me da más libertad,
principalmente porque un poema puede ser muy largo o muy corto, puede rimar o
puede no rimar y se puede retorcer más el lenguaje que en una canción; no tiene
que tener una estructura determinada, encajada dentro de una melodía…entonces
siento más libertad dentro de la poesía que dentro de la canción y ¿qué me
aporta la canción? Pues la emotividad de la música. El hecho de cantar sobre
una melodía, una letra que puede ser bonita, creo que le da una potencia y una
capacidad para emocionar única.
«La tristeza es más fotogénica que la alegría»
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En La noche era un animal dice «Dos cuerpos y ganas de comprenderse. Ni hace
falta más, solo eso. El resto, tonterías. Esa es la receta de la felicidad» ¿Así
de simple? ¿Por qué nos gusta complicarlo todo entonces?
En realidad pues sí, dos personas con profundas ganas
de entenderse creo que facilita a lo bestia la capacidad de amarse, porque
muchas veces en las parejas hay dos personas que se aman pero no hacen el
esfuerzo de entenderse, prevalece su ego, su opinión, sus tendencias o sus
creencias sobre las del otro y así es difícil que se dé una relación en
equilibrio. Dos personas con ganas de comprenderse, con ganas de escucharse ,
con ganas de empatizar tienen mucha facilidad para unirse. No sé si esto es
suficiente, luego a parte hay que tener muchas ganas de compartir y que vayan
saliendo las cosas, pero desde luego es un paso bestial para que funcione una
relación.
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¿Hay más tristeza en la composición
poética que felicidad?
Normalmente sí porque la tristeza es más fotogénica
que la alegría y en los momentos alegres uno tiende más a vivirlo que a
escribirlo. La escritura siempre es un forma de buscar respuestas o de obtener
algo bello de momentos malos o de momentos de turbación o bloqueo y, como te
digo, en los momentos de felicidad uno se dedica más a vivir, a disfrutar de la
vida y en los momentos de tristeza uno de dedica más a escribir y a hacerse
preguntas, a tratar de encontrar respuestas y la poesía es una forma también de
encontrar respuestas.
Muy buena!
ResponderEliminarGracias!
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