lunes, 18 de agosto de 2014

Entrevista a Mikel Santiago


Decía Truman Capote que “el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras” y esto es precisamente lo que ha conseguido Mikel Santiago con su primera novela, ‘La última noche en Tremores Beach’, una ópera prima brillante, que consigue atrapar al lector en el misterio que albergan sus páginas.
Tal es el éxito que ha conseguido Santiago, que ya algunos lo comparan con escritores de la talla de Patricia Highsmith o el mismísimo maestro del thriller, Stephen King.
 Desde hace tiempo Mikel Santiago administra el blog El Relatódromo, un lugar para encontrar relatos de impecable factura como ‘Historia de un crimen perfecto’, que ya en su día quedó entre los 10 más vendidos de internet.



¿Cómo decidió un hombre dedicado a la informática y la música adentrarse en el mundo literario?

La música arrasó con todo entre mis 17 y 27 años, aunque siempre he escrito. Quizás con el declive de mi carrera de rock star ;-) empecé a dedicarme mas en serio a mis cuentos y novelas. En cuanto a la programación, siempre fue un hobbie y se convirtió en un hobbie que daba dinero

¿Qué tienen en común la música y la literatura?

Mucho y poco. Como artes, ambas exigen trabajo y horas de preparación. El proceso de composición podría tener alguna semejanza, pero la ejecución es lo que las hace completamente diferentes.  Siempre digo que escribir un libro es como ensayar miles de horas para dar un único y largo concierto: el momento en el que el lector abre el libro y  lo lee.

Cómo hace Peter Harper, ¿debemos hacerle caso siempre a nuestros sueños? ¿Cree que nos transmiten algo?

Hay que escucharse continuamente. A nuestros sueños, a nuestros miedos, incluso a los pensamientos más nimios del día. Todo es parte de un mensaje, a veces demasiado complejo, otras veces brutalmente sincero, tan sincero que nos supera. Por eso creo que nuestro cerebro crea los sueños. Para decirnos, de una forma sutil, esas grandes verdades que de otra forma resultarían abrumadoras.

¿Le da miedo que algún día le pueda ocurrir lo mismo que a su protagonista y quedarse sin inspiración?

Si, definitivamente. De hecho, suelo quedarme en blanco muy a menudo, pero creo que he desarrollado una receta para esos momentos: Leer, viajar, cambiar de aires y hablar con gente nueva. Y hasta ahora ha funcionado: siempre surge algo que desata mi imaginación.

¿Cómo pasó de los relatos a la novela? ¿Se le quedaban cortos para lo que quería contar?

Me encanta escribir relatos. Me gustan las ideas compactas y pequeñas y el hecho de poder terminar un relato y poder cambiar todo — el tono, el punto de vista, el escenario y los personajes — rápidamente para el siguiente.

Una novela es más como una subir una montaña. Es un camino dificil, hay que estar preparado y tener la mentalidad correcta. Cuando empecé a escribir, mis primeros intentos fueron novelas que no estaba preparado para “encumbrar”.  Así que me entrené con relatos durante más tiempo y finalmente algunos de ellos comenzaron a “apuntar” a novelas. 

¿Se esperaba el éxito que ha obtenido con ‘La última noche en Tremore Beach’?

No: era imposible esperar algo así. Cuando escribía Tremore Beach pensaba que quizás, como mucho, podría autopublicarla y conseguir unas cuantas ventas. Me parecía una novela completamente “outsider” del mercado editorial en España. Por lo visto, me equivoqué.

Le comparan con maestros como Stephen King o John Conolly. ¿Una alabanza o una gran presión?

De alguna manera hay que clasificar las historias y los escritores recién llegados, pero no me tomó estas comparaciones como nada más que eso.

¿Le gustaría que su novela llegara al cine o a la pequeña pantalla al más puro estilo de Twin Peaks?

Hay, de hecho, una productora muy interesada en los derechos cinematográficos de Tremore Beach y durante una de nuestras últimas conversaciones surgió la referencia de Twin Peaks, imposible de evitar por otra parte.  Yo la veo como una serie corta, con unas tramas quizás un poco más desarrolladas, o una peli muy psicológica al estilo de Shutter Island.

Ha dicho en una entrevista que el problema de España es que la gente no tiene un país en el que desarrollarse. ¿Se refiere a la crisis?

Cuando vives en el extranjero unos cuantos años te das cuenta de la cantidad de talento que el país está dejando marchar después de haber invertido en su formación. Desde la escuela hasta la universidad pública o la formación profesional; formamos personas que no encuentran oportunidades y se ven abocadas a hacer la maleta. Y otro país se beneficia de ello “gratis”.  Esto es una verdadera lástima y un varapalo económico importantísimo. Mucha gente volvería encantada por mucho menos de lo que se piensa. Pero hay mínimos que cumplir.

¿Cómo está el panorama literario en España a causa de la crisis?

Me confieso bastante ignorante en lo que a “panoramas literarios” se refiere.  Las crisis suscitan la imaginación, las ganas de aventurarse en proyectos y el riesgo. Quizás esto tenga mucho que ver con los nuevos autores e historias que están llegando al mercado y triunfando, tanto en casa como fuera.

¿Cree que en España se lee poco?

España tiene un índice históricamente menor de lectores que otros muchos países del mundo, aunque mi entorno familiar y de amigos es muy lector y conozco muchos grupos de lectores con pilas gigantescas de libros esperando a ser leídos.  Supongo que la estadística manda, pero yo cada vez veo más gente leyendo y disfrutando de este placer único.

¿Cuáles son sus próximos proyectos? ¿Está ya escribiendo una nueva novela?

Sí. Estoy ultimando una novela y terminando varios cuentos. Espero que muy pronto se puedan anunciar muchas novedades al respecto.

Un libro: A Sangre Fría. Capote.

Una película: Tiburón. Spielberg.

Una canción: Beast of burden. Rolling Stones

@rdellector

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