La imagen perturbadora que
nos muestra Berlín cada semana en La Casa de
Papel nada tiene que ver con Pedro
Alonso. Este actor gallego enamorado de la pintura llegó al mundo de la
interpretación pisando fuerte hace más de 20 años y desde entonces lo hemos
visto en más de una decena de títulos en la televisión entre los que destacan
sus papeles en El padre Casares, Gran Hotel, Bajo Sospecha o La Embajada; en el
teatro ha colaborado junto a La Fura dels Baus, entre otros, y en el cine de la
mano de El Calentito o Todo lo que tú quieras. En la actualidad se encuentra
rodando Traición, la nueva serie de TVE en la que encarnará a Roberto Fuentes y
que veremos próximamente.
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¿Esperaba
el éxito que ha tenido La Casa de
Papel? Todo el mundo alaba el trabajo
que ha realizado…
Si hay algo en lo que concentro toda la
energía es en eliminar, en pegar un hachazo
a todas las expectativas. Creo que son un peligro porque nos despistan y,
en términos televisivos, tan solo valen para neurotizarse. Es verdad que cuando
me leí las dos primeras separatas de La
Casa de Papel sentí que ahí había material que me vibraba.
El proyecto era ambicioso, aunque hubo
un momento en que pensé que podía pasarnos por encima, pero ahora estoy
recibiendo un retorno muy positivo por parte de la gente, aquí en España y en
el extranjero a través de Netflix.
Sobre que todo el mundo alaba mi
trabajo…bueno, yo estoy muy agradecido de que me sigan llamando y asumo que hay
personajes que marcan como Diego Murquía o el padre Casares. En el caso de
Berlín estoy recibiendo, igual que con la serie, un retorno muy cálido. Es un
personaje con el que he disfrutado muchísimo. Me he dejado la piel. Es un
bicharraco muy particular y yo lo he disfrutado y agradecido.
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¿Cómo
le gustaría que acabase su personaje, Berlín, en la casa de papel?
¡Yo ya sé como acaba! (risas) y me
parece bien. Hay un aliento trágico en
el personaje. Él se mete en el encierro porque quiere dar el gran golpe, como
todos, peros yo siempre sentí que había algo más importante que la pasta para
Berlín. La curva se cierra con el desenlace de toda la trama que le da un sentido
a la historia de Berlín. También hay que decir que todo tiene que ver con el
material que ha sido escrito, la temeridad del equipo de dirección y producción
que se han atrevido a soñar y a volar alto, sin ellos Berlín no sería lo que
es. Yo me he sentido amparado por ellos para poder arriesgar y jugar.
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@pedroalonsoochoro |
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¿Nos
sorprenderá el final de La Casa de
Papel?
Estoy seguro. Yo cuando lo leí pensé que
era imposible realizar en los tiempos en los que se hace la ficción y además
íbamos muy justos de tiempo, porque rodamos los 15 capítulos del tirón. El final
es la Tercera Guerra Mundial y creo que es la culminación en la que se aúna el
sentido del espectáculo con el de entretenimiento con un cierre de altura.
Espero que la gente lo disfrute, nosotros lo hemos echado todo. Creo realmente
que el final es un pelotazo, un pepino.
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Ya
ha comenzado el rodaje de Traición. ¿Le
veremos de nuevo como villano?
A mí no me gusta lo de las etiquetas.
Entiendo que se tienen que formular las preguntas de cierta manera y entiendo
que hay una categoría que es la de villano, pero a mí no me gusta tenerlo en
cuenta a la hora de trabajar porque yo intento sacar la humanidad de los
personajes. He de reconocer, y además lo llevó con mucha alegría, que en los
últimos tiempos he tenido una serie de personajes turbios (se ríe) que caminan
por zonas de penumbra, pero cuando un personaje camina por la sombra es porque
ha llegado a las profundidades y a partir de ahí, todo lo que recorra es hacia
la luz. Muchas veces estos personajes te ofrecen más posibilidades de
investigación, pero insisto en que no me gusta hablar así de los personajes
porque eso es juzgar al personaje. Yo soy
un tipo que construye los personajes desde dentro, desde mi sensibilidad. Yo tengo
que encontrar una forma de que me resuene el material que me llega y a partir
de ahí desarrollar y amplificar.
En Traición
no sé si hago de villano, pero si sé que hago de asqueroso (se ríe). Cuando
me empecé a leer los guiones tengo que reconocer que fue uno de los personajes
que más rechazo me ha creado. Berlín no me generaba rechazo pero Robe, Roberto
Fuentes, es un tipo que tiene cosas que
me generan rechazo. Es clasista, elitista, materialista, competitivo,
depredador…pero yo intento entrar en él, aunque sea un ser humano un poco
asqueroso. Es un ser humano con una carencia afectiva muy grande dentro de una
familia con un comportamiento tóxico. Él vive en una familia donde lo que
cotiza nada tiene ver con lo que alimenta el alma. Roberto Fuentes es un
tío que ha intentado hacer aquello para
lo que se lo ha educado en una familia de abogados, de poderío. Él se comporta de una forma nerviosa,
alterada, muy explosiva y con una frustración muy grande que esconde un niño en
una situación de desamparo y de mimo. Es un pobre desgraciado que parece un
tipo de mucho caché, pero que está triste, desconcertado y desesperado porque
la vida no es lo que él cree que es.
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¿Cuál
es el mejor consejo profesional que le han dado?
Me acuerdo del que le decía Héctor
Alterio a su hijo, Ernesto. Decía “llévate la letra aprendida y búscate una
silla”.
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@pedroalonsoochooro |
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¿Cuál
es su punto fuerte?
A día de hoy puedo afirmar que soy muy
muy trabajador y es una cuestión puramente egoísta. Cuánto más me preparo es
más posible que me sorprenda lo que me encuentre, por eso trabajo mucho. La pintura
me ha ayudado mucho en este sentido. Desde hace 10 años descubrí que con ella
intelectualizaba mucho menos el trabajo, así que pinto y pinto y de vez en
cuando voy a rodar. Ahora mismo que estoy rodando mucho, pues pinto mucho y
cuando no trabajo pues también pinto porque me viene bien y así doy menos por
saco.
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¿Qué
próximos proyectos tiene?
Pues llegar a la primera semana de
diciembre que es cuando acabamos la grabación de Traición ¡y ya luego
desmayarme! Como te decía ha sido un año muy intenso. Ahora mismo estoy
centrado en intentar darlo todo y aprovechar este momento en el que están
pasándome cosas muy buenas profesionalmente. Hay gente que me da confianza y yo
quiero devolver esa confianza con toda la entrega de la que soy capaz. Cada vez
disfruto más, agradezco cada cosa que me va pasando, profesional y vitalmente.
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Le
gusta pintar. ¿Ha recibido clases o es autodidacta?
Me encanta pintar. Me ayuda pintar. Pintar
me ayuda a ver más y no es una frase mía, sino de Alberto Giacometti, un
escultor y artista clave en el siglo XX que me interesa mucho. He desarrollado
la pintura de una forma completamente autodidacta. Me gustaba mucho ver la
pintura ya hace años y mi forma de interpretación es más pictórica que actoral.
Leo lo que dicen los pintores sobre su propia obra y me siento más cerca de su
forma de plantearse las cosas que cuando leo cosas que dicen los actores, así
que he decidido atender y cuidar esa faceta y alimentarme por ahí. Es algo que
no dejaré de hacer mientras viva porque realmente me devuelve cosas muy buenas.
Con un lápiz y un papel, con un poco de tinta y un pincel puedo pasarme el día
y además, en cualquier sitio porque te lo puedes meter en un bolsillo, lo que
parece una metáfora de mi forma de vida ahora mismo, así que doy gracias por
haberlo descubierto, aunque sea de mayor.
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@pedroalonsoochoro |
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¿Cuándo
empezó a pintar?, tengo entendido que pinta hasta los guiones…
Pues te invito a ver mi cuenta de
Instagram, que ahora soy instagramero después
de pensarlo mucho. Cuelgo mis pinturas en @pedroalonsoochoro y en algunas verás
que se ven letras por debajo, es porque están pintadas sobre guiones. A veces
escribo el guion y pinto encima y la mayor parte de las veces pinto sobre lo
que estoy estudiando. Explicar qué tipo de asociación establezco nos llevaría
un rato, pero básicamente pinto meditaciones a propósito de lo que estoy
trabajando cuando lo hago con guiones, pero con la vida hago igual. Lo pinto
todo. Pinto por cada cosa que tengo que interpretar, cada secuencia, por lo que
puede convertirse en un proceso, a veces, incluso obsesivo. Luego a veces,
zapateo todo lo que pinto.
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¿Para
cuándo una exposición de su obra?
Hay pinturas mías colgadas en una
taberna en La Latina que se llama La Parrala, en la calle Humilladero 5, que te
invito a ver. De vez en cuando cuelgo ahí cosas porque es una taberna como de
la familia. Ahora le estoy dando vueltas a la posibilidad de meterme en un
formato más grande, pero no digo ni que sí ni que no a lo de hacer una
exposición. La verdad es que de primeras digo no porque ya bastante expuesta es
nuestra profesión y esto tiene que ver con algo íntimo. Si es cierto que he
vendido alguna cosa y me han pedido alguna otra, también he regalado unas
cuentas cosas…como no dejo de pintar empiezo a tener obra y tengo un mundo
propio que podría exponer. Si lo expongo sería porque el viaje de hacerlo me pareciera
bien. La verdad es que me gusta mucho enseñarlo y compartirlo, pero vivo de ser
actor y si abro esa puerta es para que me haga disfrutar, no para que me genere
complicaciones. Puede ser que lo haga y la posibilidad está ahí.
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@pedroalonsoochoro |
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¿Qué
similitudes cree que hay entre la pintura, la escritura y la interpretación?
Una de las razones que me llevaron a
pintar es que cogí un guion y empecé a pegarle cosas, le hice algún garabato,
por ponerlo de una forma que me gustara, y lo convertí casi en un objeto. De repente
me di cuenta de que ahí pasaba algo. De repente había algo por el hecho de
haber pasado por las manos, se había convertido en una pieza. Se dice que el
cerebro no activa la misma parte para articular un discurso que para bailar.
Pues yo creo que hay una avenida en la cabeza que es la que se encarga del
baile, la interpretación, la literatura cuando no es simplemente un ejercicio
intelectual, sino expresivo. Esta avenida en el sistema educativo en el que
hemos sido educados, normalmente está anulada. A los niños les dicen pinta por
dentro, no manches, quédate quieto, memoriza…todo eso es algo terrible, porque
nos desconecta del instinto, de la parte sutil, y en el proceso de crecimiento
uno tiene que desaprender eso y volver a aprender lo que uno tenía de niño. Hay
que volver a recuperar mecanismos de salida y que la educación convencional ha
reprimido y eso es lo que yo intento y percibo a veces. Si abres esa parte de
la mente, te permites que lo que hay dentro salga y lo que nos crea dificultad
nos sea más fácil.
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¿Tiene
un libro de cabecera que haya leído varias veces?
En los últimos años me gusta muchísimo
leer literatura de no ficción y entre mis autores de cabecera está Karl Ove
Knausgaard, que conocerás porque ha hecho una especie de En busca del tiempo perdido, pero es el tiempo perdido de mi
generación. También me gusta mucho Emmanuel Carrère, Gay Talese…y antes de
estos me dio muy fuerte con J.M. Coetzee. Luego he leído mucho de pintores,
pero sobre lo que ellos escribían, sus procesos. Casi leo más no ficción ahora
mismo y cuando encuentro un autor que me gusta me leo todo lo que pillo por
banda.
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¿Con
qué personaje literario le gustaría sentarse a charlar?
Me encantaría ponerme a charlar con los
autores que han inventado personajes de la historia de la literatura. Me
gustaría sentarme con Jesús, que no es un personaje literario, o sí, no lo sé,
pero allí, a tiempo real y hacerle unas cuantas preguntas. Verlo respirar sería
seguramente un ejercicio bien curioso. De donde salió todo aquello… como personaje
me parece un rol fantástico.
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¿Qué
libro está leyendo ahora?
Estuve a punto de comprarme uno de
Arroyo, el pintor, pero no me pude resistir, y se me metió por delante la
biografía de Bryan Cranston, el actor de Breaking
Bad. Él es un tipo que me encanta porque es capaz de parecer un bobo y en
la misma secuencia parecer el tío más listo del universo, también despiadado,
luego humano… tiene una ambivalencia que a mí me conmueve y que lo convierte al
mismo tiempo en un ser extraordinario.
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¿Cuál
es su autor favorito?
Ya te he comentado esos tres o cuatro
anteriormente y luego te diría autores de pintura. Me gusta Giacometti y tengo
gran admiración por Francis Bacon, Balthus…hay mogollón de gente que hace cosas
maravillosas, gente fantástica. Lo cierto es que el mundo va fatal, pero creo
que desde cierto ángulo hay que ver que vivimos en un momento en que es posible
asombrarse por el talento de muchísima gente que se preocupa por cosas que
merecen la pena. En esa lucha se ha vivido siempre. Yo procuro poner el foco en
gente que me inspira para insistir, continuar y seguir estudiando y borrándome
para ponerme al servicio de cosas que merecen la pena, que al final son pocas y
casi todas muy sencillas, o sea que confirmo que vivo en el asombro porque el
mundo es un lugar terrible, pero también maravilloso.
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