jueves, 9 de noviembre de 2017

Entrevista a Pedro Alonso: "El final de La Casa de Papel es la Tercera Guerra Mundial"

La imagen perturbadora que nos muestra Berlín cada semana en La Casa de Papel nada tiene que ver con Pedro Alonso. Este actor gallego enamorado de la pintura llegó al mundo de la interpretación pisando fuerte hace más de 20 años y desde entonces lo hemos visto en más de una decena de títulos en la televisión entre los que destacan sus papeles en El padre Casares, Gran Hotel, Bajo Sospecha o La Embajada; en el teatro ha colaborado junto a La Fura dels Baus, entre otros, y en el cine de la mano de El Calentito o Todo lo que tú quieras. En la actualidad se encuentra rodando Traición, la nueva serie de TVE en la que encarnará a Roberto Fuentes y que veremos próximamente.

-          ¿Esperaba el éxito que ha tenido La Casa de Papel? Todo el mundo alaba el trabajo que ha realizado…

Si hay algo en lo que concentro toda la energía es en eliminar, en pegar un hachazo  a todas las expectativas. Creo que son un peligro porque nos despistan y, en términos televisivos, tan solo valen para neurotizarse. Es verdad que cuando me leí las dos primeras separatas de La Casa de Papel sentí que ahí había material que me vibraba.
El proyecto era ambicioso, aunque hubo un momento en que pensé que podía pasarnos por encima, pero ahora estoy recibiendo un retorno muy positivo por parte de la gente, aquí en España y en el extranjero a través de Netflix.
Sobre que todo el mundo alaba mi trabajo…bueno, yo estoy muy agradecido de que me sigan llamando y asumo que hay personajes que marcan como Diego Murquía o el padre Casares. En el caso de Berlín estoy recibiendo, igual que con la serie, un retorno muy cálido. Es un personaje con el que he disfrutado muchísimo. Me he dejado la piel. Es un bicharraco muy particular y yo lo he disfrutado y agradecido.

-          ¿Cómo le gustaría que acabase su personaje, Berlín, en la casa de papel? 

¡Yo ya sé como acaba! (risas) y me parece bien.  Hay un aliento trágico en el personaje. Él se mete en el encierro porque quiere dar el gran golpe, como todos, peros yo siempre sentí que había algo más importante que la pasta para Berlín. La curva se cierra con el desenlace de toda la trama que le da un sentido a la historia de Berlín. También hay que decir que todo tiene que ver con el material que ha sido escrito, la temeridad del equipo de dirección y producción que se han atrevido a soñar y a volar alto, sin ellos Berlín no sería lo que es. Yo me he sentido amparado por ellos para poder arriesgar y jugar.

@pedroalonsoochoro


-          ¿Nos sorprenderá el final de La Casa de Papel?

Estoy seguro. Yo cuando lo leí pensé que era imposible realizar en los tiempos en los que se hace la ficción y además íbamos muy justos de tiempo, porque rodamos los 15 capítulos del tirón. El final es la Tercera Guerra Mundial y creo que es la culminación en la que se aúna el sentido del espectáculo con el de entretenimiento con un cierre de altura. Espero que la gente lo disfrute, nosotros lo hemos echado todo. Creo realmente que el final es un pelotazo, un pepino.

-          Ya ha comenzado el rodaje de Traición. ¿Le veremos de nuevo como villano?

A mí no me gusta lo de las etiquetas. Entiendo que se tienen que formular las preguntas de cierta manera y entiendo que hay una categoría que es la de villano, pero a mí no me gusta tenerlo en cuenta a la hora de trabajar porque yo intento sacar la humanidad de los personajes. He de reconocer, y además lo llevó con mucha alegría, que en los últimos tiempos he tenido una serie de personajes turbios (se ríe) que caminan por zonas de penumbra, pero cuando un personaje camina por la sombra es porque ha llegado a las profundidades y a partir de ahí, todo lo que recorra es hacia la luz. Muchas veces estos personajes te ofrecen más posibilidades de investigación, pero insisto en que no me gusta hablar así de los personajes porque eso es juzgar al personaje.  Yo soy un tipo que construye los personajes desde dentro, desde mi sensibilidad. Yo tengo que encontrar una forma de que me resuene el material que me llega y a partir de ahí desarrollar y amplificar.
En Traición no sé si hago de villano, pero si sé que hago de asqueroso (se ríe). Cuando me empecé a leer los guiones tengo que reconocer que fue uno de los personajes que más rechazo me ha creado. Berlín no me generaba rechazo pero Robe, Roberto Fuentes,  es un tipo que tiene cosas que me generan rechazo. Es clasista, elitista, materialista, competitivo, depredador…pero yo intento entrar en él, aunque sea un ser humano un poco asqueroso. Es un ser humano con una carencia afectiva muy grande dentro de una familia con un comportamiento tóxico. Él vive en una familia donde lo que cotiza nada tiene ver con lo que alimenta el alma. Roberto Fuentes es un tío  que ha intentado hacer aquello para lo que se lo ha educado en una familia de abogados, de poderío.  Él se comporta de una forma nerviosa, alterada, muy explosiva y con una frustración muy grande que esconde un niño en una situación de desamparo y de mimo. Es un pobre desgraciado que parece un tipo de mucho caché, pero que está triste, desconcertado y desesperado porque la vida no es lo que él cree que es.

-          ¿Cuál es el mejor consejo profesional que le han dado?

Me acuerdo del que le decía Héctor Alterio a su hijo, Ernesto. Decía “llévate la letra aprendida y búscate una silla”.

@pedroalonsoochooro


-          ¿Cuál es su punto fuerte?

A día de hoy puedo afirmar que soy muy muy trabajador y es una cuestión puramente egoísta. Cuánto más me preparo es más posible que me sorprenda lo que me encuentre, por eso trabajo mucho. La pintura me ha ayudado mucho en este sentido. Desde hace 10 años descubrí que con ella intelectualizaba mucho menos el trabajo, así que pinto y pinto y de vez en cuando voy a rodar. Ahora mismo que estoy rodando mucho, pues pinto mucho y cuando no trabajo pues también pinto porque me viene bien y así doy menos por saco.

-          ¿Qué próximos proyectos tiene?

Pues llegar a la primera semana de diciembre que es cuando acabamos la grabación de Traición  ¡y ya luego desmayarme! Como te decía ha sido un año muy intenso. Ahora mismo estoy centrado en intentar darlo todo y aprovechar este momento en el que están pasándome cosas muy buenas profesionalmente. Hay gente que me da confianza y yo quiero devolver esa confianza con toda la entrega de la que soy capaz. Cada vez disfruto más, agradezco cada cosa que me va pasando, profesional y vitalmente.

-          Le gusta pintar. ¿Ha recibido clases o es autodidacta?

Me encanta pintar. Me ayuda pintar. Pintar me ayuda a ver más y no es una frase mía, sino de Alberto Giacometti, un escultor y artista clave en el siglo XX que me interesa mucho. He desarrollado la pintura de una forma completamente autodidacta. Me gustaba mucho ver la pintura ya hace años y mi forma de interpretación es más pictórica que actoral. Leo lo que dicen los pintores sobre su propia obra y me siento más cerca de su forma de plantearse las cosas que cuando leo cosas que dicen los actores, así que he decidido atender y cuidar esa faceta y alimentarme por ahí. Es algo que no dejaré de hacer mientras viva porque realmente me devuelve cosas muy buenas. Con un lápiz y un papel, con un poco de tinta y un pincel puedo pasarme el día y además, en cualquier sitio porque te lo puedes meter en un bolsillo, lo que parece una metáfora de mi forma de vida ahora mismo, así que doy gracias por haberlo descubierto, aunque sea de mayor.

@pedroalonsoochoro


-          ¿Cuándo empezó a pintar?, tengo entendido que pinta hasta los guiones…

Pues te invito a ver mi cuenta de Instagram, que ahora soy instagramero después de pensarlo mucho. Cuelgo mis pinturas en @pedroalonsoochoro y en algunas verás que se ven letras por debajo, es porque están pintadas sobre guiones. A veces escribo el guion y pinto encima y la mayor parte de las veces pinto sobre lo que estoy estudiando. Explicar qué tipo de asociación establezco nos llevaría un rato, pero básicamente pinto meditaciones a propósito de lo que estoy trabajando cuando lo hago con guiones, pero con la vida hago igual. Lo pinto todo. Pinto por cada cosa que tengo que interpretar, cada secuencia, por lo que puede convertirse en un proceso, a veces, incluso obsesivo. Luego a veces, zapateo todo lo que pinto.

-          ¿Para cuándo una exposición de su obra?

Hay pinturas mías colgadas en una taberna en La Latina que se llama La Parrala, en la calle Humilladero 5, que te invito a ver. De vez en cuando cuelgo ahí cosas porque es una taberna como de la familia. Ahora le estoy dando vueltas a la posibilidad de meterme en un formato más grande, pero no digo ni que sí ni que no a lo de hacer una exposición. La verdad es que de primeras digo no porque ya bastante expuesta es nuestra profesión y esto tiene que ver con algo íntimo. Si es cierto que he vendido alguna cosa y me han pedido alguna otra, también he regalado unas cuentas cosas…como no dejo de pintar empiezo a tener obra y tengo un mundo propio que podría exponer. Si lo expongo sería porque el viaje de hacerlo me pareciera bien. La verdad es que me gusta mucho enseñarlo y compartirlo, pero vivo de ser actor y si abro esa puerta es para que me haga disfrutar, no para que me genere complicaciones. Puede ser que lo haga y la posibilidad está ahí.

@pedroalonsoochoro


-          ¿Qué similitudes cree que hay entre la pintura, la escritura y la interpretación?

Una de las razones que me llevaron a pintar es que cogí un guion y empecé a pegarle cosas, le hice algún garabato, por ponerlo de una forma que me gustara, y lo convertí casi en un objeto. De repente me di cuenta de que ahí pasaba algo. De repente había algo por el hecho de haber pasado por las manos, se había convertido en una pieza. Se dice que el cerebro no activa la misma parte para articular un discurso que para bailar. Pues yo creo que hay una avenida en la cabeza que es la que se encarga del baile, la interpretación, la literatura cuando no es simplemente un ejercicio intelectual, sino expresivo. Esta avenida en el sistema educativo en el que hemos sido educados, normalmente está anulada. A los niños les dicen pinta por dentro, no manches, quédate quieto, memoriza…todo eso es algo terrible, porque nos desconecta del instinto, de la parte sutil, y en el proceso de crecimiento uno tiene que desaprender eso y volver a aprender lo que uno tenía de niño. Hay que volver a recuperar mecanismos de salida y que la educación convencional ha reprimido y eso es lo que yo intento y percibo a veces. Si abres esa parte de la mente, te permites que lo que hay dentro salga y lo que nos crea dificultad nos sea más fácil.

-          ¿Tiene un libro de cabecera que haya leído varias veces?

En los últimos años me gusta muchísimo leer literatura de no ficción y entre mis autores de cabecera está Karl Ove Knausgaard, que conocerás porque ha hecho una especie de En busca del tiempo perdido, pero es el tiempo perdido de mi generación. También me gusta mucho Emmanuel Carrère, Gay Talese…y antes de estos me dio muy fuerte con J.M. Coetzee. Luego he leído mucho de pintores, pero sobre lo que ellos escribían, sus procesos. Casi leo más no ficción ahora mismo y cuando encuentro un autor que me gusta me leo todo lo que pillo por banda.

-          ¿Con qué personaje literario le gustaría sentarse a charlar?

Me encantaría ponerme a charlar con los autores que han inventado personajes de la historia de la literatura. Me gustaría sentarme con Jesús, que no es un personaje literario, o sí, no lo sé, pero allí, a tiempo real y hacerle unas cuantas preguntas. Verlo respirar sería seguramente un ejercicio bien curioso. De donde salió todo aquello… como  personaje  me parece  un rol fantástico.

-          ¿Qué libro está leyendo ahora?

Estuve a punto de comprarme uno de Arroyo, el pintor, pero no me pude resistir, y se me metió por delante la biografía de Bryan Cranston, el actor de Breaking Bad. Él es un tipo que me encanta porque es capaz de parecer un bobo y en la misma secuencia parecer el tío más listo del universo, también despiadado, luego humano… tiene una ambivalencia que a mí me conmueve y que lo convierte al mismo tiempo en un ser extraordinario.

-          ¿Cuál es su autor favorito?

Ya te he comentado esos tres o cuatro anteriormente y luego te diría autores de pintura. Me gusta Giacometti y tengo gran admiración por Francis Bacon, Balthus…hay mogollón de gente que hace cosas maravillosas, gente fantástica. Lo cierto es que el mundo va fatal, pero creo que desde cierto ángulo hay que ver que vivimos en un momento en que es posible asombrarse por el talento de muchísima gente que se preocupa por cosas que merecen la pena. En esa lucha se ha vivido siempre. Yo procuro poner el foco en gente que me inspira para insistir, continuar y seguir estudiando y borrándome para ponerme al servicio de cosas que merecen la pena, que al final son pocas y casi todas muy sencillas, o sea que confirmo que vivo en el asombro porque el mundo es un lugar terrible, pero también maravilloso.







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