jueves, 17 de julio de 2014

El brillo de la Luna

Hace muchos años una niña se preguntó por qué brillaba la Luna. Es el reflejo del Sol, le decían muchos. No preguntes tonterías, le decían otros.

Pero la niña no dejaba de preguntarse por qué cuando comenzaba a anochecer y la luz daba paso a la oscuridad que tanto temor le inspiraba, la Luna aparecía en el cielo imponente para brillar durante toda una noche entera.

La Luna no sólo brilla, se decía. Cuando no hay luz ella me acompaña, cuando tengo miedo porque está oscuro abro los ojos y ella está allí. No, ella siempre me cuida, se decía la muchacha. Tiene que ser otra cosa.

A medida que se fue haciendo mayor la duda no cesaba y le preguntó a todos los que conocía, pero nadie pudo darle una respuesta que la convenciera. Nadie sabe por qué ocurre, le decía apesadumbrada.

Un día, la chica conoció a un hombre. Era alto y de ojos azules, y a pesar de su aspecto juvenil parecía tener muchos años. El hombre estaba solo y la muchacha se acercó a él tímidamente y le dijo:

 - Dime, ¿tú sabes por qué brilla la Luna?

 - ¿Acaso no lo sabes? Todos saben porque brilla la Luna.

 - Bueno, eso creen, pero no lo saben. Le dijo al hombre. Éste sonrió a la curiosa chica y la invitó a tumbarse para contemplar el firmamento.

 - Dime, ¿ tú qué ves cuando la miras?

 - Veo luz, sin duda. Pero desde que era niña me acompaña. No puede ser el reflejo del Sol. No sólo eso.

 - Existe una leyenda que dice que todas las almas buenas que ya han dejado este mundo ven al final de su vida una luz. Muchos sienten miedo al verla porque saben que ya no volverán nunca más a ver a aquellos que aman. Nunca volverán a ver un amanecer, ni a respirar el olor a tierra mojada cuando llueve. Sin embargo, otros, aunque sienten miedo, van hacia ella. La leyenda dice que todas aquellas personas cogen un candil que representa la luz que tuvieron en vida y suben al firmamento para alumbrar las noches y proteger a los que aman. Dime niña, ¿ a quién has perdido tú?

- Hace años perdí a mi padre, le dijo a aquel hombre con pesar.
- Entonces no estabas equivocada. Él está allí arriba y cuando siente que tienes miedo por la noche, agita su candil para producir más luz y que no tengas miedo.

Desde entonces, no pasó ni un solo día en que la niña, cuando echaba de menos a su padre mirase la Luna y le dijera: ahora ya sé por qué brillas. Ahora sé que nunca te fuiste. Dime, qué sientes cuando miras tú la Luna?

@Rdellector

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